viernes, 10 de julio de 2009

De la Civilización

Pagina 13 - El Caballero Perfecto -

El hombre hipnotizado por el materialismo progresista,
ha olvidado su origen y su destino real. Es un
rey con corona de espuma y colorido trono de cartón,
delirante en un mundo tambaleante de esplendor artificial
que le brinda una falsa felicidad a costa de un
detrimento moral: poder y riqueza a cambio de la
dignidad humana, su deber verdadero se ha convertido
en falacia y toda verdad y gloria es sólo un vago
recuerdo, un cuento tal vez, un sueño remanente en
la memoria colectiva.

Moderna sociedad, ¡cuánto te empeñas por
lograr la felicidad sin cultivar el espíritu! Civilización
mezquina, ¡cómo mutilas los valores del hombre, a
cambio de un progreso discapacitado! Muy bullicioso
tu estilo, aunque con toda esa artificialidad, no puedes
ocultar la enorme sombra de la miseria que has
dejado y continúas dejando tras de ti.
Toda vicisitud podría desaparecer por medio
de una voluntad sostenida de servicio y un desapego
a la execividad material ¿Cómo es posible que se
desarrolle tanto fanatismo en ideologías y credos
radicales que humillan el sentido común de la vida?
¿Cuántas veces se tiene la oportunidad de conseguir
igualdad y se anteponen, primero, los intereses y las
conveniencias? ¿Cómo es posible dejar a un país
agonizar por la privilegiada comodidad de algunos
descarados?
Señora Opulencia, ¿cómo favorece a unos
y abandona a otros a un destino incierto? ¿Es usted
producto de nuestra civilización o una causa de la
genética de la raza humana? Señora Necesidad,
me parece que es usted un mal imprescindible para
que doña Opulencia siga sobrealimentándose dentro
de esta moderna sociedad.
Pero no ve, Señora Opulencia, que su egoísmo
nos llena de calamidades que invocan a los monstruos
del egoísmo y el rencor; a radicales ideologías que ofrecen
falsas esperanzas a una sociedad exprimida. ¿No
ve que esto es un ciclo sin fin desde el principio de los
tiempos? ¿Quién puede detener esto?
Bendita iluminación, ahora comprendo por
qué ha emergido tanto líder loco a lo largo de la historia
y las causas de tantas guerras. Ante el descontento,
ante tanta indiferencia, cuánto resentimiento
exigente, y cuánta fe pone el desesperado en el verbo
y las ideas de un líder seductor.
Intelecto seco como el desierto, tu pequeño
oasis es el paraíso mas alto al que se aspira hoy, el
hombre se esmera por crecer en conocimientos sin
un paralelismo espiritual, sus conflictos interiores
permanecen cual agua estancada y la moral apenas
logra sostenerse en unos cuantos. ¿Qué consecuencias
trae este totalitarismo intelectual?

Señora Ciencia, explíqueme cuándo y cómo
se convirtió en cómplice de esta maraña materialista.
¿Será posible que el conocimiento que usted ampara
esté a disposición sólo del mejor postor?
Es tiempo de que despierte el anónimo héroe
en el interior de la conciencia, levántate de tu
cómodo y perezoso letargo; que emerja el guerrero
perfecto, presto a corregir los engaños del Dragón
materialista y el páramo del mundo que es el reflejo
de la imperfecta conciencia individual.

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