viernes, 18 de marzo de 2016

La Serpiente del Mago

 (cuento de mi autoría)


Algunas veces hablé de la serpiente sin conocerla,  sin sospechar qué era.
Otras veces la buscaba con insistencia y no lo sabía.
Mi mente se creía invencible, en mi corazón rebosaba la alegría.
Pero un buen día que salí de diligencia, me encontré a un mago en pedregoso camino.
Sin dudarlo le pedí referencias, sin pena alguna busque su guía.
Diligente me presento a una amiga suya.

Era hermosa, era radiante, era su amor, y también su esclava.
Ella me tomo con amabilidad del brazo para ayudarme en mi asunto.
Yo le di las gracias al mago bajo juramento de que bien la cuidaría.
Así llego la noche y luego el día. Después otra noche y otro día más.
El sol y la luna se enteraron, entonces enfurecieron, más yo ignoraba que por mis acciones discutían.
Algunos decían que al no ponerse de acuerdo, dispusieron  para mí un instante de posibilidades.
Acá para mi todo fluía como siempre.
Sin embargo, durante un atardecer, la amante del mago me miro a los ojos,  y se postro ante mí para besar mi mano, para suplicarme ayuda.
Mi asombro fue grande cuando de la nada se hizo serpiente, cuando me envolvió y cuando se dejó tocar.
Hay momentos que el corazón piensa y la mente siente, y ese fue ese momento.
Había encontrado a la serpiente y no supe si debía temerle, amarle o temerle al mago.
Fui con ella feliz muchos días y muchas noches, tanto que tristezas habían cuando no le veía.
Hada mía, sirviente mía, tú mía. Criatura serpentina, fuego indescifrable, amor mío.
Tu abrazo es cálido fuerte y mortal, debo dejar que te alejes para que no muera mi cuerpo ¿pero qué será de mi pobre alma? grita mi conciencia.
El mago sabe que ya no le perteneces, el bosque conspira, se escuchan alaridos de guerra por doquier.
Los caminos se cierran y todos corren de un lado para otro.
Huyen de la furia del mago, quien no reconoce que su enemigo es otro.
Yo de pronto descubro que también soy mago, la serpiente me dio ese poder mas no supe cuándo.
Finalmente le he tendido una trampa al mago.
Enloquece y muere, como muero yo de arrepentimiento mientras rebosa mi corazón de amor.
Por dentro sé que debo dejarla ir, ahora lo comprendo todo, aun no lo acepto.
Debo hacerlo, pues el sol o quizá la luna se lo contaran todo al bosque y ella será maldecida.
El final de los finales se atisba, estoy aprendiendo a no mirar atrás ni estar pendiente por lo que se nos viene adelante.
Un obstáculo desapareció, pero no lo que está predestinado a ser.
Disfruto y sufro el instante, si sufro, pues este recorrido es caminar directo hacia una espada que me apunta directo al corazón.
El tiempo mi juez, mi verdugo.
Debo soltarla repentinamente y para siempre,  correré hacia la espada, ya la veo, ya está cerca.

Quizá la herida mortal me vuelva a recordar mi origen, y me enseñe amar el deber.
Sacrificaré mi corazón para pagar por mis faltas, para que no ella me vea más. Para que sobreviva en alegría, libre de magos.

Si... y para siempre ígnea, bajo la bendición y el amparo de la luna y el sol.


 

domingo, 6 de marzo de 2016

El pantano de Mohs


(ilustración y cuento de mi autoría)
 
  Incesante era la lluvia en el pantano de Mohs, caluroso y sombrío paraje donde el reflejo del relámpago era más constante que luminosidad del sol.  
Con razón, la vida se hacía tan ideal para ranas, cocodrilos y mosquitos, quienes veneraban al relámpago, pues le consideraban señal de que la humedad de su placido habitad nunca les faltaría.
  Aunque testarudas y rutinarias, estas criaturas habían alcanzado coexistir en relativa armonía, establecido un orden gracias a una serie de reglas, plasmadas  en un árbol, como un sencillo código, pero al que ellos llamaban constitución. 
  Y hasta se jactaban de poseer una avanzada democracia, pero en la realidad los cocodrilos siempre se las arreglaban para alcanzar los más altos cargos de gobierno. A las ranas esto poco les molestaba pues preferían todo lo concerniente al comercio y al entretenimiento. Y entre las hordas de mosquitos nadie se quejaba por asumir puestos de mensajería mucho menos los que tenían la necia tarea de vigilar asediar a invasores o a todo el que no viviera bajo los parámetros establecidos. 
 
‘Nadie cruzará los límites del pantano, ni siquiera te acercaras al misterioso fuego fatuo azul’ citaba una la primera regla de su código ‘constitución’. 

  Y aunque la luminosidad de eso a que llamaban ‘fuego fatuo’ era algo presente en la conciencia colectiva de todos, pues señalaba el fin del pantano, en sentido práctico era mejor ignorar el asunto, eran mejor no dejarse llevar por las instancias de la curiosidad y obedecer las cuestiones del orden establecido.  
  Así transcurrían los días en Mohs, sin que nada diferenciara uno del otro, entre discursos políticos, el bullicio comercial, y el canto de las ranas, la rutina dictando vigencia como siempre. Pero un día singular en que el sol brillaba más de lo acostumbrado, una patrulla de mosquitos se encontró a una rarísima criatura durmiendo profundamente muy cerca de los límites del pantano. 
-           ¡Encontramos un gigante! –dijo uno. 
-           ¡Tiene patas tan largas como nada conocido! –dijo otro mosquito.
-           ¡Sera mejor llamar a los cocodrilos, quizá sirva de alimento para todos! Ordeno el comandante del grupo sin tardar en dar aviso. 
-           Es tan grande como uno de nosotros! –dijo uno de los cocodrilos al llegar.
-           ¡Tiene una piel muy suave!–afirmo otro al tantearla con su mandíbula.
-           !Llevémonosla con el gran Mohs para que su sabiduría resuelva que hacer con este misterio! –dicto un tercero.
Este tal Mohs, era el más viejo de todos los cocodrilos. Habiendo alcanzado gran experticia en todos los asuntos del pantano y de otras tierras, era considerado él como más sabio entre los sabios, venerado como un gurú, su palabra contenía el peso de sus años. Su concejo era asimilado como una orden a la que nadie se atrevía refutar. Era tan venerado que el pantano llevaba su nombre.
  Así que le llevaron a la criatura, y éste observándola detenidamente decidió era mejor esperar a que despertara por si misma del profundo sueño en que se encontraba, antes de llegar a cualquier conclusión o tomar alguna acción. Quizá alguna vez en sus lejanos viajes se había topado con cosa semejante.
  Pero pasaron muchos días y muchas noches sin novedad alguna, y la conmoción y la curiosidad no menguaban entre los habitantes del pantano. Rumores llevaban, rumores traían los mosquitos, las ranas que eran tan alegres auguraban pesares en sus canticos,  y el resto de los cocodrilos exigían un gran banquete. Mohs era muy consciente de que esto no era bueno, era imperativo deshacerse de la criatura si no descubría sus misterios. Pero pronto resolvió llevarla al consejo de jerarcas de gobierno para presentar una solución. 
-             ¿No habiendo necesitado nosotros de este extraño ser ni antes ni nunca, porque ha de preocuparnos ahora? ¿acaso ella depende el abastecimiento de nuestros de alimentos? ¿acaso ella es el rayo que viaja con las buenas nubes que nos llenan las ciénagas de agua y nos protegen del  reseco sol?
-             Es cierto, no dependemos de ella para ninguna de nuestras necesidades. ¿pero que es lo que propones? –pregunto uno de los jerarcas.
-             Simple, llevémosla al fuego fatuo azul para que se la lleve la corriente –propuso.
-             ¡Sería desperdiciar una oportunidad! –se atrevió a refutar otro de los cocodrilos jerarcas, apoyado por el entusiasmo del resto -quizá de ella nunca ha dependido nuestra subsistencia pero puede ser aprovechada para disfrutar hoy de un gran banquete.
-              Si la decisión unánime es un banquete del que no participare, será mejor retirarme no teniendo mas nada que decir –le dijo Mohs al consejo que se había opuesto a su opinión como nunca había sucedido.
  El entusiasmo se esparció por todo Mohs, habría un gran festín, muy temprano al siguiente día la criatura fue envuelta en hojas aromáticas y especias frescas. Al atardecer la multitud se reunió en a su alrededor, los canticos de ranas se esparcían por cada rincón, alentando el frenesí de los colodrillos. Entonces los mosquitos que serian los primeros en comer se posaron sobre la criatura, sin embargo, cuando entusiasmados esperaban la orden inicial sintieron un fuerte sacudón, seguidito de un enorme bostezo la criatura se despertaba y en un sobresalto se poso erguida causando gran espanto. Jamás se había visto cosa semejante.
-              ¡Llamen a Sabiendo! –aclamo la mayoría.
  No paso mucho tiempo cuando llego un mosquillo mensajero a sus aposentos, él ya sospechaba que algo extraordinario pasaba dado que podía oír el cantar histérico de las ranas.
-              ¿Qué ocurre en la ciénaga? –pregunto Sabiendo
-              ¡Despertó, despertó, la criatura despertó! –le respondió el mosquillo exaltado.
-              ¿Y nos ha atacado?
-              ¡No!
-              ¡Y por que el sobresalto de todos!
-              ¡Por que se ha erguido sobre dos de sus patas. Tan alta que alcanza las ramas de algunos árboles!
-              Sabía traería líos –replico el viejo cocodrilo.
-              ¡Te necesitan en la ciénaga!
-              ¡Estúpido consejo, les dije que había que dejarla ir en el fuego fatuo!
  Cuando Mohs llego a la ciénaga, un par de cocodrilos acorralaban a la criatura quien se defendía sosteniendo una rama.
-              ¡A un lado! –les grito mientras iba abriéndose paso.
-              ¿Quién eres? –le pregunto a la criatura.
-              ¿No lo sé? –le respondió asustada
-              ¿No sabes quién eres? sin embargo hablas el lenguaje de la naturaleza.
-               No sé si te respondo en el lenguaje de la naturaleza, solo sé que te comprendo y te respondo sin problema.
-               Es asombroso, no sabes nada de nada, ni de ti misma.
-               Estoy confundida, ni siquiera recuerdo como llegue hasta aquí.
-               Te encontramos dormida por los limites de nuestro pantano, de algún lugar eres, todos tenemos un origen, solo que estas sufriendo de severa amnesia.
-               ¿Puedes Ayudarme?
  Mohs la miro fijamente, y no vio maldad ni peligro en ella. Se dirigió al consejo para abogar por ella, y estos aceptaron  acogerla en el pantano.
-                Pero habrá que ponerle un nombre según dicta nuestra constitución, creemos tiene suficiente edad para esto –dijeron en unanimidad. 
‘Todo habitante del Mohs  tiene derecho a un nombre, según su aspecto, o según alguna cualidad´ -dicta su segunda regla. 
-              Entonces le nombraremos ‘dormida’, no solo porque dormida llegaste a nuestro pantano, sino porque dormida también está tu conciencia –dijo Mohs
Su integración y adaptación al habitad no fue cosa muy difícil. Pero como se le veía constantemente taciturna, se le asigno una tarea, pescar e ir por tubérculos de esos que crecían en el bosque. Así lo hacia todos los días desde muy temprano hasta llegado el atardecer, se internaba en la floresta y regresaba con la sesta llena hasta desbordar, ganándose la estima y admiración de todos. Algunos le llamaban ‘dormida la increíble’ al verle siempre erguida, sin usar sus patas delanteras para caminar, sino para sujetar cosas, y fabricar herramientas para sus tareas cotidianas. 
  Generalmente pasaba su rato libre conversando el Sabio Mohs, quien una noche le confeso de pronto: 
-          He visto a los de tu especie una vez.
-          ¿enserio?
-          Si, en mi juventud durante una exploración, tuvimos un encuentro con grupo de criaturas erguidas.
-          ¿Pero cómo, no es que está prohibido salir del Mohs?
-          Bueno, en esa época hubo excepciones, el rayo y las nubes grises nos abandonaron, se secaba el pantano y escaseaba el alimento, se creó un grupo de exploradores que salió en busca de nuevos recursos. Al parecer ellos, los erguidos también exploraban, quizá estaban en nuestra misma situación
-          ¿Y por qué crees que soy de su especie, solo por que caminaban erguidos?
-          No solo por eso, también hacían uso de sus patas delanteras para múltiples tareas, y se valían de herramientas como tú.
-          Porque no me dijiste eso desde el principio.
-          Estoy muy viejo, mi mente perdió agudeza, no lo concluí hasta que comenzaste a crear y usar herramientas para tu trabajo.
-          ¿E hicieron contacto?
-          Cuando intentamos comunicarnos con ellos, no pudimos.
-          ¿No hablaban el lenguaje de la naturaleza?
-          No, y ni nosotros entendíamos sus alaridos. Eso te diferencia de ellos.
-          Comprendo-
-          Quizá eres una de ellos, solo que de una clase que conoces lenguaje de la naturaleza.
Dormida, medito en esa charla toda la noche y durante los siguientes días no pensaba sobre otra cosa. A pesar de sentirse acogida en el pantano, dentro de sí la nostalgia nunca menguaba, ahora el pulso de la necesidad de saber quién era y de donde venia le empujaba mas, extrañar el hogar, un hogar que no conocía.
Una mañana mientras pescaba, vio a un inusual ciervo blanco caminando en dirección a la brillantez del  fuego fatuo.
-           ¡Detente, no deberías caminar en esa dirección!- le advirtió ella en un grito presa de preocupación.
-           ¿Por qué he de temerle al rio azul? –le replico el ciervo.
-           Pues… ¿no sabes que está prohibido?
-           Nunca había escuchado cosa semejante, mi bosque está del otro lado del rio azul y no hay nada a que temer.
-           ¿De verdad?
-            Muy cierto. ¿si no le temes al otro lado, acaso le temes a la brillantez del rio azul?
-            En verdad solo obedezco las leyes del pantano, nunca me he hecho esas preguntas…
-            Es solo un rio muy brillante.
-            ¿y qué hacías en el pantano, acaso en tu bosque escasea el alimento?
-            Esta vez buscaba a algún habitante en pantano para transmitirle una terrible noticia a la que si hay que temerle.
-            ¡Entonces qué bueno que nos encontramos!
-             Tu no pareces habitante del pantano, ¿en serio vives aquí?
-             Por su puesto, me llaman Dormida.
-             No sé cómo puedes vivir con tanta humedad, entre ranas, cocodrilos y mosquitos –le dijo- En fin, adviérteles a tus amigos que el cielo augura grandes cambios, el curso del rio azul esta por invertirse con la llegada de una gran tormenta, habrá una inundación y luego un desvele podrían sepultar a tu pantano. Diles que deben subir a la montaña y refugiarse en la cueva por donde sale el rio.  
-             ¿Y cómo sabes de cosa tan terrible?
-              La voz de la cueva me dijo.
 Dormida regreso a toda prisa, Sabiondo la recibió muy alterada. Al escucharle, reunió al consejo, era sabido que los mensajes de los ciervos blancos habían de tomarse en serio. Sin embargo el consejo no tomo acción alguna.
-           Honorables Cocodrilos, nada en el cielo ni en la tierra señala peligro inminente –concluyo uno de los miembros del consejo.
-           Dormida lo soñó todo, quizá cayó en profunda siesta,  recuerden que el sueño es una de sus principales cualidades –afirmo otro causando carcajadas en los presentes.
-           ¡Esto es un absurdo, quien se atreva a cruzar el fuego fatuo azul por esta fantasía, perderá la ciudadanía y no podrá regresar nunca jamás! –sentencio el consejo.
 Dormida no conforme con la indiferencia del consejo, partió preocupada otra vez hacia el este, hacia los límites del pantano para encontrar al ciervo, deseaba llevarlo a al pantano para que el mismo confirmara el mensaje. Sin embargo a medio camino comenzó a caer un fuerte aguacero, el río azul rugía cual bestia indomable, en caos por la inversión de su cauce. De un momento a otro supo que ya no podía retroceder, había demasiada agua a su alrededor, el terrible momento advertido se venía encima antes de lo esperado.
 Llena de tristeza cruzo el fuego fatuo, el rio azul, y subir montaña arriba según le había advertido el ciervo. Dejar atrás a Mohs le llenaba lágrimas, de remordimientos, y de frustración.
 La reciente historia construida de su vida, se desvanecía entre las aguas, pero no de su nueva memoria. Al menos ya poseía recuerdos, podría decir -vengo de un lugar llamado Mohs en honor a su sabio y contar sus historias.
 Cuando su resistencia daba evidencias de flaqueo, se topó con una cascada, arriba encontró una espaciosa caverna donde volvió a dormir profundamente, protegida de la tormenta, lejos de sus angustias. En la entrada leyó un grabado sobre la roca que decía
 
'Cuando el orgullo de una comunidad es afín a la arrogancia,  habrá ceguera, habrá sordera. Se menospreciaran los cambios, se ignoraran los peligros'
 
Post data: Esta historia es la primera parte una serie de cuentos  de mi autoría aun no publicados

 
 

 

sábado, 5 de marzo de 2016

Dibujo y Aquimia

Lo que sencillamente he interpretado yo de Jung, es que los sueños son el contenido autónomo del alma manifestada.
Llegando a suponer que si soñar es como un instante de misterios liberados. Dibujar seria entonces acceder a esos misterios... pero con la razón.
En base a esto, desde hace algunos años he venido plasmando en simples ilustraciones una combinación de mis sueños y mis pensamientos.
Esta  primera imagen que aquí adjunto, representa para mi algo así como un 'momentum alquímico', cuando el misterio interior se manifiesta sin aviso y sin sentido, ofreciendo y derramándole a la conciencia esa sustancia necesaria para romper con la rigidez cubica de la racionalidad edificada. Abriéndosele al YO tal perspectiva de novedades que le conducirían impetuosamente a la carrera mas importante de su vida; su autodescubrimiento.
¿Crees tu que el alma y la razón, el sentido y el sin sentido,  puedan algún día conciliarse?
 

miércoles, 9 de marzo de 2011

Algo de Jung y psicología

No puedo escribir con el rigor de un psicólogo pues no lo soy, ni tan siquiera intento hacer comentarios ligeros sobre psicología para evitar polémica con algunos 'ánimus' pendencieros, 'no es de sabios el conflicto cuando puede ser evitado' afirma el equilibrio, sin embargo no por eso dejo de interesarme libremente por el tema. Hoy me auxilio de un profesional que admiro y leo demasiado, pues no podía dejar de compartir un breve párrafo pero de gran contenido, extraído de su libro 'las relaciones entre el yo y el inconsciente' donde trata sobre el conocimiento del alma humana. Aclaro que hay que tomar en cuenta la época en que vivió Jung para comprenderlo mejor:
...Así pues, quien quiera conocer el alma humana, no aprenderá prácticamente nada al respecto de la psicología experimental. Habría que aconsejarle, mejor colgar de una percha la ciencia exacta, despojarse de la túnica académica, decir adiós a su cuarto de estudio y echar a andar por el mundo con corazón humano, por el horror de las prisiones, manicomios y hospitales, por las tabernas turbias de las afueras, los burdeles y los antros de juego; por los salones de la sociedad elegante, la bolsa, los mítines socialistas, las iglesias , los revivals y éxtasis de las sectas; vivir en carne propia el amor y el odio, la pasión en todas sus formas: Volvería entonces con más riqueza de saber que cuanto gruesos volúmenes hubiesen podido darle nunca. Podría ser entonces un médico para sus enfermos, un verdadero conocedor del alma humana. Y habría que disculparlo si su respeto por las llamadas 'piedras fundamentales' de la psicología experimental ya no es tan grande. Pues, entre lo que la ciencia llama psicología y lo que de una psicología espera la práctica de la vida cotidiana, está 'un hondo abismo interpuesto'.

martes, 1 de febrero de 2011

El poder del mundo vs 'El mundo de Sofía'


El pensamiento reflexivo se fue de shopping, la introspección de rumba y el espíritu de investigación está viendo televisión, a lo mejor desde hace mucho tiempo abandonaron a ‘Sofía’, por eso la palabra filosofía asusta, poco interesa, y hasta es dada de baja en las aulas escolares, quizá por el existir de un poder subyacente al poder aparente…aquel súper poder que algunos dicen… mueve sus hilos globales detrás de los gobiernos, instituciones, sociedades y economías, alimentandose bajo las sombras como un parásito, del pensamiento neutralizado de una sociedada que carece de la aguda capacidad de analizarse a si misma. A lo mejor a esta elite le es preferible que la mente humana anule su capacidad crítica y desvaríe rápidamente cuando desea hacer cuestionamientos filosóficos. El nuevo esclavo, el títere que se cree supuesto hombre de criterio y de gran preparación, no sospecha que sin el interés por la filosofía pierde su libertad que lo trasciende. Sus ataduras hoy no son de grilletes o cadenas de hierro, son fuertes cadenas invisibles puestas en sus costumbres emocionales y hábitos psicológicos. ¿Es esta apatía introspectiva en cierto sentido causada por los estrategas del súper poder que yo en mi desvelo estoy tomando como recurso para este argumento? ¿O es otra la causa, quizá más ingenua pero igual de gris?
Si la ingenuidad me conduce a pensar de acuerdo a lo que veo en su vecindad y dejo a un lado el la supuesta conspiración, veré una realidad clara, que históricamente esta ciencia de pensamiento, la filosofía se ha blindado de un lenguaje y una estructura bastante compleja, lo que ha provocado la indiferencia de las masas además de grandes bostezos. Pero vuelve mi perspicacia y se pregunta ¿de todas formas esto no puede ser de provecho o para algunos?
Definitivamente, la filosofía es fundamental para evitar muchas de las deficiencias que la sociedad de hoy experimenta, por ejemplo, los falsos y coloridos iconos, ídolos prefabricados por los tentáculos del sistema decadente, impuestos como norte, que tuercen el concepto natural de ideales, ahogando, fulminando, subyugando a la chipa interior que eleva al pensamiento, y no me refiero ahora a que hay imponer el gusto por los complejas estructuras de pensamientos filosófico, pues para el rigor estan los academicos.
La filosofía debe renacer a trevés de la capacidad del pensamiento interesado en cuestionamientos sencillos y cotidianos para luego conducir a la conciencia humana a más allá de la satisfacción y atontamiento de los sentidos, porque la filosofía es la pregunta y la curiosidad su estimulo, cualquiera que tenga un sentido de ir más allá de lo aparente, elevara su espíritu como el águila… a lo más alto y desde lo más alto fijará un gran destino.
La filosofía debe sostener su importancia y salir de este himpas, pero debe de encontrar nuevamente su lugar seduciendo cuidadosamente a las masas indiferentes, debe ser presentada sin provocar bostezos, debe iniciar su discurso bajo un lenguaje sencillo, debe entrar en el mundo de las apariencias hablando de apariencias para luego con maestría derrocar a la apariencia, debe contener un lenguaje adaptado a lo cotidiano, hasta encontrarse a sí misma entre la multitud para descubrir a esos algunos espíritus inquietos, ávidos de guía que se sincronizarán entonces con su enorme influencia y que en reciprocidad le devolverán ese gran brillo de sol.
¿Pero dónde puedo encontrar ese estímulo o la sencillez del lenguaje filosófoco que yo como parte de la masa pueda comprender? Es la primera pregunta del que asoma la cabeza de entre la muchedumbre.
El estímulo se descubre en la pregunta introspectiva constante, las lecciones estan en la vida y el complemento en los libros. Con respectoa a estos es cierto que hay autores abstractos, demasiado barrocos, pero también los hay de un lenguaje siemple y contundente. Yo no pensé encontrar en la filosofía un elemento de satisfacción tal, que a la vez me ofreciera un norte de vida robusto y vigoroso, del hermetismo y el misticismo quede en sumergido en la filosofía sin darme cuenta, identificándome velozmente con existencialistas cristianos, pensadores trascendentes, aunque también con idealistas y algún filósofo clásico que me fueron suficientes, pues no bueno tampoco abrumarse para no caer en la imitación que también es otro gran mal, así se logra darle un orden a los pensamientos y no se concluye con engañosa facilidad de que todo es producto de conspiraciones globales y poderes tras poderes
Un día cuando el misterioso 'hilo conductor' que me lleva de autores a temas diversos en busca de respuestas sencillas a mis inquietudes profundas, una amiga me presento a ‘Sofía’, personaje importante de ‘El mundo de Sofía’ de Jostein Gaader, un libro muy ameno que también puedo recomendar a cualquier pensador inquieto, que busca ese lenguaje sencillo, pues mientras sus personajes recorren la historia de la filosofía de una forma mágica y divertida, van descubriéndose a sí mismos y sus identidades reales, conociendo de si más de lo creían saber. Para el experto en el tema, leerlo será un entretenido repaso, para el neófito será una base completa e inspiradora y tal vez sea el principio de su propio 'hilo conductor' hacia ‘Sofia’ .
Cierro entonces esta entrada con algunas las palabras de su autor:
'Si no sabemos en todo momento a dónde vamos, puede resultar útil saber de dónde venimos. Para manejar mi propia vida también necesito entender mis raíces en la historia. La misión de la filosofía es estimular el análisis crítico para poder ayudar en el avance de la compresión de aquello que tiene valor y por lo cual merece la pena luchar.'

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mis memorias de la Invasión a Panamá 1989

'Despierta Tulio... ve parándote con calma' eran las primeras horas del 20 de diciembre de 1989, en el susurro de mi papá había una calmada entonación de alerta que definitivamente me despertó ¿papá.. otro golpe de estado? pregunte, pues se escuchaban ráfagas de ametralladoras muy cerca, me hacían pensar que otro golpe se podía estar dando al dictador Manuel Antonio Noriega en el cercano cuartel central, en el popular barrio del Chorrillo.
En esa época vivíamos en Patio Pinel, en el barrio de Santa Ana, tenía yo 16 años y ya había sido testigo de eventos extraordinarios, el galope de la historia panameña durante ese año fue tenaz, uno de esos eventos fue el heróico intento de golpe de estado que dio el Mayor Giroldi el 3 de Octubre.
Habia errado en mi pensar 'No es otro golpe Tulio... ahora si nos invaden los gringos' me respondió papá apresuradamente. La noche era completamente oscura, no había luz eléctrica y los sonidos de las ametralladoras comenzaban a mezclarse con cañonazos, morteros, y otras armas que no lograba descifrar, incrementándose de pronto en un abrumador ruido diferente a cualquier cosa escuchada por mi hasta ese momento, mas aún cuando bombas de alto poder hacían estremecer el edificio.
Ya para ese momento mi Papa, mamá y yo nos habíamos 'refugiados' en el centro del apartamento, lejos de las ventanas, llevando sobre nuestros cuerpos un colchón, no para sobrevivir a algún bombazo, cosa imposible, pero si para cubrirnos de vidrios o partículas pequeñas que se pudieran desprender de la estructura. Sin parar, una y otra vez caían las bombas muy cerca, el teléfono sonaba a veces y a veces entraban las llamadas, eran familiares preocupados por nuestra situación, literalmente no se podía hablar, ni los gritos se escuchaban, puesto que ese 'sonido de la guerra’ no era ni parecido al de las películas, aquel era un ruido monstruoso, una bestia que rugía callando nuestras voces.
Pasadas un par de horas o minutos que parecían horas, sentí por primera vez esa noche el temor a morir, mi papa permanecía, estoico abrazándonos, mama rezaba y me miraba con tristeza(días después le pregunte por esa mirada me dijo que era porque pensaba en mi y en lo poco que había podido vivir). Mi miedo a la muerte de pronto se transformo en rabia interna 'qué derecho tienen esos gringos de bombardear de tal forma, sin considerar a personas como nosotros que no tenemos nada que ver con la situación militar' pensaba. Me vino a la conciencia aquel valiente soldado panameño, sorprendido, reaccionando, defendiendo su posición, por instinto y por deber, sin las armas necesarias(noriega le había quitado el armamento pesado al ejercito por miedo a otro golpe) sin mando(pues se sabía que no existía línea de mando) el estado mayor había huido, para el soldado también era una cuestión de reaccionar y sobrevivir.
No recuerdo si pude dormir, pero ya saliendo el sol, el combate en el cuartel había prácticamente terminado, pudimos al fin ponernos de píe y hacer unas cuantas cosas, sin embargo llegaron rumores de que un grupo de soldados panameños permanecían escondidos en nuestro edificio y que los americanos estaban ordenando evacuar para bombardearlo, tuvimos un corto tiempo para empacar, al salir al pasillo vi a mis amigos de siempre con sus familias, me despedí de algunos con gestos breves, pensaba si serían nuestros últimos estrechones de manos. Se abandono el edificio y pocos se quedaron. A nosotros nos toco caminar hasta la avenida Tumba Muerto, recuerdo que dos hermanos amigos con sus familias compartieron parte de nuestro trayecto, nos dirigíamos a Villa de las Fuentes donde mi papa tenía hermanos, la caminata fue larga y relativamente tranquila, solo había gente y gente en nuestra misma situación.
Esa primera noche donde mi tío se escuchaban aquellos sonidos extraños de guerra, un poco mas lejanos, provenían del cuartel de Tinajitas en San Miguelito, la compañía Tigre todavía resistía el ataque y resistiría por un par de días más. Lo que siguió posteriormente fue el saqueo de todos los comercios, y la decisión al tercer día de volver a Patio Pinel, ya nos llegaban noticias de que era seguro, no dudamos y así nos despedimos de mi tío, su esposa y mi primo que insistían en que nos quedáramos más tiempo, pero el calor de la casa siempre llama hasta en las peores circunstancias

Entre todo el alboroto que nos toco ver de gente yendo y viniendo, llevando cosas saqueadas por la avenida Tumba Muerto, un auto sedan se detuvo al ver que mirábamos buscando transporte para regresar a casa, nos pregunto el conductor hacia dónde íbamos, al responderles nos dijeron que hasta allá no, pues estaban los gringos, pero nos invitaron a subir indicandonos que nos dejarían lo más cerca posible, cuando entramos en el auto nos percatamos que el auto estaba llenos de armas, municiones y tanques de gasolina, eran soldados panameños de civil. quien sabe en que andaban, mi mama se puso nerviosa pero mi papá le hizo señas de que era tarde para reaccionar o mostrar miedo, mejor era permanecer tranquilos, esos soldados, eran jóvenes, se veían alterados y atentos a cualquier cosa, nos dejaron en el hospital Santa Fe sin inconveniente alguno... por suerte. Creo que estuvimos mas en peligro en ese momento que en la misma noche de la invasión, cualquier cosa pudo sucedernos ahí.
Al llegar a casa una cosa muy particular había en el ambiente, un olor extraño, era el olor putrefacto de los cadáveres en el chorrillo que llegaba con el viento. Nuestra casa y nuestras cosas estaban intactas, el arbolito y los regalos me hizo recordar que estábamos próximos a noche buena. El edificio no fue bombardeado, todo quedo en rumores, la gente regreso poco a poco y los miedos colectivos de la invasión fueron dándole paso a la euforia del saqueo y a las ‘amabilidades’ del ejército norte americano. Así fue mi experiencia aquel 20 de Diciembre de 1989, así lo guardo en mi memoria y así lo he escrito para no olvidar jamás.