miércoles, 5 de agosto de 2009

Del Renacimiento como origen y como efecto


Todos sabemos que durante el siglo XV se inicio un necesario despertar cultural independiente del oscuro pensamiento dogmático que había regido al mundo occidental durante muchos siglos, esta noche he querido dejar de hacerle cosquillas a la historia para contemplarla brevemente a través del sentido de causa y efecto, periodo aquel, trascendental para el hombre ya que interpretaría al mundo y a sí mismo en base a la lógica de la razón, sustituiría paulatinamente los rígidos fundamentos religiosos, crecería el arte y se fortalecería la ciencia pero se conduciría al pensamiento hacia su extremo mas frío 'El materialismo ateísta' y todas sus corrientes fortalecidas de indiferencia espiritual. Ya para inicios del siglo XX el ateísmo no necesariamente se hace la consecuencia mas nefasta de esta polaridad, peor aun es la desfiguración del conocimiento de Dios, pensar que se le conoce, cuando ni siquiera se comprende la herencia de ritos es solo conservar el equilibro social y su estructurada comodidad. Ahí está siempre aquel ego cuadrado de arrogancia, el dueño de la verdad o el sollozante nostálgico que con golpe de pecho afirma 'Dios está conmigo' solo por cumplir al pie de la letra aquellas viejas tradiciones o por participar en los nuevos shows mediáticos donde la euforia y el bullicio indica el ritmo con el que se debe meter la mano en el bolsillo.
El ser humano una vez experimento el espíritu a través de unos sentidos más agudizados, amó lo Alto más por la fuerza de la experiencia que por tradición nostálgica, solo quedan frívolos sentidos de básicas sensaciones incrédulas, superioridad atrofiada, consecuencia histórica de aquellos siglos de manipulación religiosa y el posterior exceso de esa cubica racionalidad.
El hombre vive hoy atribulado, espantado por las atrocidades que se dan, sin un aparente sentido de destino, la justicia parece no llevarle el ritmo a la necesidad, pero es que se está viviendo sin sentido histórico y todo individuo sin referencia histórica es una conciencia de estrecho margen que ve el origen de todos estos conflictos en el diminuto instante presente que le ha tocado vivir sobre la tierra.
La ley hermética de 'Polaridad' se cumple sobre la eterna línea que marca el espacio y el tiempo, lo que es fuerte hoy sufrirá de fatigas mañana, todo extremo tiene su opuesto, todo lo que tiene oposición genera una fricción, tesis, antítesis y síntesis y estos son tiempos de 'fricción' que el sentido histórico señala como preludio de una próxima síntesis existencial, nuevas generaciones híbridas de un pensamiento profundo, unión inevitable de los aparentemente opuestos 'Espíritu y Razón'. Un nuevo renacimiento ya no en Europa, tal vez en nuestra América latina, todavía cálido lugar en el mundo para el equilibrio urgente de estas polaridades, fusión de todas las razas y experiencias de la humanidad.




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