martes, 1 de febrero de 2011

El poder del mundo vs 'El mundo de Sofía'


El pensamiento reflexivo se fue de shopping, la introspección de rumba y el espíritu de investigación está viendo televisión, a lo mejor desde hace mucho tiempo abandonaron a ‘Sofía’, por eso la palabra filosofía asusta, poco interesa, y hasta es dada de baja en las aulas escolares, quizá por el existir de un poder subyacente al poder aparente…aquel súper poder que algunos dicen… mueve sus hilos globales detrás de los gobiernos, instituciones, sociedades y economías, alimentandose bajo las sombras como un parásito, del pensamiento neutralizado de una sociedada que carece de la aguda capacidad de analizarse a si misma. A lo mejor a esta elite le es preferible que la mente humana anule su capacidad crítica y desvaríe rápidamente cuando desea hacer cuestionamientos filosóficos. El nuevo esclavo, el títere que se cree supuesto hombre de criterio y de gran preparación, no sospecha que sin el interés por la filosofía pierde su libertad que lo trasciende. Sus ataduras hoy no son de grilletes o cadenas de hierro, son fuertes cadenas invisibles puestas en sus costumbres emocionales y hábitos psicológicos. ¿Es esta apatía introspectiva en cierto sentido causada por los estrategas del súper poder que yo en mi desvelo estoy tomando como recurso para este argumento? ¿O es otra la causa, quizá más ingenua pero igual de gris?
Si la ingenuidad me conduce a pensar de acuerdo a lo que veo en su vecindad y dejo a un lado el la supuesta conspiración, veré una realidad clara, que históricamente esta ciencia de pensamiento, la filosofía se ha blindado de un lenguaje y una estructura bastante compleja, lo que ha provocado la indiferencia de las masas además de grandes bostezos. Pero vuelve mi perspicacia y se pregunta ¿de todas formas esto no puede ser de provecho o para algunos?
Definitivamente, la filosofía es fundamental para evitar muchas de las deficiencias que la sociedad de hoy experimenta, por ejemplo, los falsos y coloridos iconos, ídolos prefabricados por los tentáculos del sistema decadente, impuestos como norte, que tuercen el concepto natural de ideales, ahogando, fulminando, subyugando a la chipa interior que eleva al pensamiento, y no me refiero ahora a que hay imponer el gusto por los complejas estructuras de pensamientos filosófico, pues para el rigor estan los academicos.
La filosofía debe renacer a trevés de la capacidad del pensamiento interesado en cuestionamientos sencillos y cotidianos para luego conducir a la conciencia humana a más allá de la satisfacción y atontamiento de los sentidos, porque la filosofía es la pregunta y la curiosidad su estimulo, cualquiera que tenga un sentido de ir más allá de lo aparente, elevara su espíritu como el águila… a lo más alto y desde lo más alto fijará un gran destino.
La filosofía debe sostener su importancia y salir de este himpas, pero debe de encontrar nuevamente su lugar seduciendo cuidadosamente a las masas indiferentes, debe ser presentada sin provocar bostezos, debe iniciar su discurso bajo un lenguaje sencillo, debe entrar en el mundo de las apariencias hablando de apariencias para luego con maestría derrocar a la apariencia, debe contener un lenguaje adaptado a lo cotidiano, hasta encontrarse a sí misma entre la multitud para descubrir a esos algunos espíritus inquietos, ávidos de guía que se sincronizarán entonces con su enorme influencia y que en reciprocidad le devolverán ese gran brillo de sol.
¿Pero dónde puedo encontrar ese estímulo o la sencillez del lenguaje filosófoco que yo como parte de la masa pueda comprender? Es la primera pregunta del que asoma la cabeza de entre la muchedumbre.
El estímulo se descubre en la pregunta introspectiva constante, las lecciones estan en la vida y el complemento en los libros. Con respectoa a estos es cierto que hay autores abstractos, demasiado barrocos, pero también los hay de un lenguaje siemple y contundente. Yo no pensé encontrar en la filosofía un elemento de satisfacción tal, que a la vez me ofreciera un norte de vida robusto y vigoroso, del hermetismo y el misticismo quede en sumergido en la filosofía sin darme cuenta, identificándome velozmente con existencialistas cristianos, pensadores trascendentes, aunque también con idealistas y algún filósofo clásico que me fueron suficientes, pues no bueno tampoco abrumarse para no caer en la imitación que también es otro gran mal, así se logra darle un orden a los pensamientos y no se concluye con engañosa facilidad de que todo es producto de conspiraciones globales y poderes tras poderes
Un día cuando el misterioso 'hilo conductor' que me lleva de autores a temas diversos en busca de respuestas sencillas a mis inquietudes profundas, una amiga me presento a ‘Sofía’, personaje importante de ‘El mundo de Sofía’ de Jostein Gaader, un libro muy ameno que también puedo recomendar a cualquier pensador inquieto, que busca ese lenguaje sencillo, pues mientras sus personajes recorren la historia de la filosofía de una forma mágica y divertida, van descubriéndose a sí mismos y sus identidades reales, conociendo de si más de lo creían saber. Para el experto en el tema, leerlo será un entretenido repaso, para el neófito será una base completa e inspiradora y tal vez sea el principio de su propio 'hilo conductor' hacia ‘Sofia’ .
Cierro entonces esta entrada con algunas las palabras de su autor:
'Si no sabemos en todo momento a dónde vamos, puede resultar útil saber de dónde venimos. Para manejar mi propia vida también necesito entender mis raíces en la historia. La misión de la filosofía es estimular el análisis crítico para poder ayudar en el avance de la compresión de aquello que tiene valor y por lo cual merece la pena luchar.'

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