
...Así pues, quien quiera conocer el alma humana, no aprenderá prácticamente nada al respecto de la psicología experimental. Habría que aconsejarle, mejor colgar de una percha la ciencia exacta, despojarse de la túnica académica, decir adiós a su cuarto de estudio y echar a andar por el mundo con corazón humano, por el horror de las prisiones, manicomios y hospitales, por las tabernas turbias de las afueras, los burdeles y los antros de juego; por los salones de la sociedad elegante, la bolsa, los mítines socialistas, las iglesias , los revivals y éxtasis de las sectas; vivir en carne propia el amor y el odio, la pasión en todas sus formas: Volvería entonces con más riqueza de saber que cuanto gruesos volúmenes hubiesen podido darle nunca. Podría ser entonces un médico para sus enfermos, un verdadero conocedor del alma humana. Y habría que disculparlo si su respeto por las llamadas 'piedras fundamentales'
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