lunes, 27 de julio de 2009

El Mito

''El mito es una 'ventana de sombras', con vistas al más allá que siempre se escabulle; encrucijada abierta en la noche, donde resuena la risa de los dioses''

Poderosa expresión que una vez leí sin conocer a su autor y que define muy bien este concepto, porque el mito facilita un puente que le roba orgullo a la razón y le da notoriedad a la más pura imaginación para perpetuar esa memoria colectiva de la humanidad. Pero no es la imaginación el nacimiento o el fin del mito, esta estéril idea es tan solo un comodín ensalzado de intelectualidad académica. El mito auténtico trasmite un mensaje profundo que se renueva y transforma hasta adaptarse a una nueva generación. No es producto de caprichosas imágenes mentales, se sostiene, es y se regenera para servir en la búsqueda de la identidad colectiva o individual por que tiene un fundamento vivo.
En las tradiciones cristianas el cáliz sagrado contiene la sangre sagrada y la identidad de la sangre es la vida y el alma. Así la eucaristía representa el alma de Jesucristo contenida en el cáliz. Se dice que Jose de Arimatea custodió la copa original, dando origen a la leyenda del Grial. Su eterna búsqueda representa esas las grandes dificultades y tropiezos que preceden al conocimiento elevado y a la existencia integral. Por eso, a pesar de las diferentes hipótesis sobre el Grial, yo en lo personal me quedo con esta y su significado de 'búsqueda interior’, ya que encuentro un sentido tangible para la vida aparente y un destino para mi mundo interior.

Esta noche, en un libro viejo, encontré al autor de la frase que encabeza esta entrada 'Jacques Pimpaneau'. Y es en este tipo de causalidades donde encuentro un poquito de inspiración para escribir argumentos como el que acabas de leer.

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